En plena Cuaresma, me dispuse a abrir esta obra que, por su profundidad, requiere un recogimiento superior. Escrita por Joseph Ratzinger siendo Papa, representa un texto de importancia primordial no sólo para cualquier católico, sino para cualquier persona que quiera adentrarse en el misterio de Cristo.
Sin duda, el Papa Benedicto XVI pasará a la historia como el más grande teólogo de los siglos XX y XXI, de hecho, para mi gusto, es una de las 10 figuras más importantes de la teología católica de toda la historia, a la par de Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Avila, por lo que se puede deducir que creo que Su Santidad será santo y doctor de la Iglesia.
Baste lo anterior para dar idea de la dimensión de la obra, la cual, no está pensada como una "historia de Cristo" menos aún como una biografía, es en realidad una profunda reflexión sobre el misterio de la Redención manifestada en Cristo, valiéndose de algunos episodios de su vida.
La amplitud de esta reflexión, obligó al autor a dividirla en tres entregas: 1.- del bautismo a la entrada a Jerusalén, 2.- de la entrada a Jerusalén a la Ascención a los cielos y 3.- Los evangelios de la infancia.
Así pues, por los días santos, decidí iniciar esta lectura con la segunda parte: una profunda reflexión sobre la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor.
Algo que sin duda es una característica sobresaliente de esta obra, es el hecho de que va desgranando los misterios de la pasión y muerte de Nuestro Señor sin caer en ningún momento en la sensiblería, trascendiendo las penas físicas, propias de la pasión, y llevándonos al hecho tremendo de un Dios que se entrega por amor.
Y no obstante, el carácter grave de la obra, permite momentos de gran inspiración, como aquél en el que hablando de la desesperación de Judas que lo lleva a su suicidio escribe: "Su segunda tragedia, después de la traición, es que ya no logra creer en el perdón".
Dueño de un lenguaje claro y directo, el Papa Benedicto XVI nos toma de la mano y nos lleva a profundizar en estos misterios de fe, sin lograr agotarlos en manera alguna.
Algunas perlas de este libro:
"Como peregrinos, vamos hacia Él; como peregrino, Él sale a nuestro encuentro y nos incorpora a su 'subida' hacia la cruz y la resurrección".
"Es también un proceso del amor, que demuestra su verdadera naturaleza precisamente en el descenso -por amor a la criatura, por amor a la oveja extraviada-, revelando así en el descender lo que es verdaderamente propio de Dios".
"El lavatorio que nos purifica es el amor de Jesús, el amor que llega hasta la muerte".
"Él se entrega, toma sobre si el 'no' de los hombres, para atraerlos de este modo a su 'sí'".
"Por la fe sabemos que Jesús, bendiciendo, tiene sus manos extendidas sobre nosotros. Ésta es la razón permanente de la alegría cristiana".
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