domingo, 22 de mayo de 2016

Material de los sueños

      ¿Quién es el mejor escritor mexicano del siglo XX?

       Ante esta pregunta empezarán a aparecer nombres reconocidos por todos:

Juan Rulfo;
Octavio Paz;
Carlos Fuentes;
Alfonso Reyes;
José Emilio Pacheco;

         Difícilmente se oirá el nombre de José Revueltas, y sin embargo, me atrevo a decir que su nombre está justificado con creces en esta lista... y, en algunos momentos, superándolos a todos.

          José Revueltas tuvo la desventaja de jugar en contra del sistema político de México, era de tendencia política comunista y tal condición lo llevó a la carcel en varias ocasiones, a veces en la carcel del Palacio negro de Lecumberri, a veces en las Islas Marías. De tal forma que nunca tuvo el apoyo gubernamental, a diferencia de lo que sucedió con todos los personajes de la lista: todos sirvieron en el gobierno, ya sea como funcionarios públicos o como diplomáticos en el extranjero. Revueltas no, él era un hijo renegado de la política mexicana, era la oveja negra de la literatura de nuestro país.

          Así pues, alguien con esas cartas credenciales tendría que ser un excepcional escritor para destacar... ¡y Revueltas destacó! Esta vez vemos una colección de cuentos que se publicaron bajo el título "Material de sueños".

          Antes que nada, debo ser claro: José Revueltas no es sencillo: empiezas a leer sus relatos y es tan profundo y misterioso que no sabes a dónde te está llevando, sigues leyendo a oscuras y no relacionas nada de lo que te cuenta y es, tal vez en la última página que se te revela el misterio y todo tiene sentido, perdón, corrijo: algunas cosas toman sentido, porque en Revuelta siempre habrá misterios. Hasta quieres volver a leer el relato para ahora sí entenderlo menos imperfectamente.

           Además, Revueltas es un autor oscuro, se adentra en las tinieblas del alma humana y las saca a la luz. Diría que es el Edgar Allan Poe mexicano, la misma oscuridad, la misma desazón, la misma angustia, pero en José Revueltas ronda una claridad de pensamiento que hace luminoso lo más tétrico del relato.

          El mejor cuento que he leído hasta ahora es de esta colección y se llama "Sinfonía pastoral" Si Poe lo hubiera leído, se habría lamentado de no haberlo escrito. Angustia, temor, odio, desprecio, todo se da y se mezcla concluyendo en un final perfecto.

         "Resurreción sin vida", ambientado en la ciudad de Tijuana retrata el hartazgo del ser y la sinrazón del aniquilamiento, en este relato se presenta el fenómeno de descubrir el sentido del cuento hasta casi el final del mismo.

       "El reojo del yo" es una genial visión introspectiva de la propia conciencia, como sólo la aguda inteligencia de Revueltas podría lograrlo, me recordó la agudeza descriptiva de Julio Cortázar, pero más temperamental y resuelto, sin su carácter lúdico, con toda la crudeza y amargura de una existencia insatisfecha.

       En fin, Revueltas pasa a la historia como un inconforme con todo y fiel sólo a sí mismo, a veces nos desconcierta, a veces nos sorprende, pero siempre nos llena de admiración.

        Calificación: 4 de 5 estrellas, a veces resulta árido, así de denso resulta, llega a veces al extremo de que no sabes que estás leyendo.

        Lo bueno: La experiencia de un viaje a oscuras al fondo del espíritu del hombre.

        Lo malo: que este paseo lo haces sin una guía de viaje que te prepare para los lugares que visitarás, el golpe te llega seco, de pronto, sin previo aviso.

        Lo feo: No estar lo suficientemente preparado para leerlo te limita a la hora de sentarte a escuchar las historia de este gigante nada afable de la literatura.

Algunas perlas de este libro:

* "El lenguaje es un rodeo, un extravío pernicioso".

*"Amo hasta la abdicación de mi ser a la maravillosa enfermera que viene a inyectarme para que cesen mis dolores".

* "Jamás pudo imaginarse el poder bárbaro y aniquilador del silencio cuando hay algo que decirse y ya no quedan sino únicamente las palabras de eso, de eso y nada más".

* "El amor de Raquel le enseñaba sobre sí mismo mucho más que cuanto él pudiera haber reflexionado hasta la fecha respecto a su propia persona".

* "Para el vacío no hay escondite ni refugio, ya que él mismo es un exilio".

* "Sólo vive lo que muere y en la medida y al tiempo en que se muere".

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