viernes, 16 de octubre de 2015

La revolución horizontal.

         En las clases de economía de la escuela, veíamos el tema de los mercados, y entre ellos, la forma de mercado de “competencia perfecta”, en la cual existían una gran cantidad de productores y consumidores de un producto homogéneo, en el cual, ningún productor tenía el poder suficiente para determinar o al menos influir en el precio del producto, los consumidores estaban perfectamente informados de la situación del mercado y del producto y nadie podía sacar ventaja, porque inmediatamente las fuerzas del mercado lo dejaban fuera de la contienda.

         Aprendimos cómo en la realidad éste era un caso totalmente hipotético, pues en la práctica no existían condiciones así, más bien, la mayoría de los mercados se presentaban como Monopolio, Duopolio, Oligopolio, etc.  y teníamos que aceptar que la situación utópica de un mercado en que se jugara limpio porque de lo contrario el mismo mercado te sacaba, ya que no había manera de esconder malos manejos o errores en el producto o los productores, era precisamente eso: una situación utópica. De tal manera, que los consumidores estábamos a merced de lo que nos ofrecían los productores, del precio que se establecía y de las condiciones del mercado, ya que no teníamos posibilidades de estar totalmente informados, no había perfecta movilidad de productos, no había a veces, gran cantidad de productores, en fin, las condiciones no estaban dadas para alcanzar igualdad entre consumidores y oferentes de bienes y servicios.

                En el campo político no era diferente: los ciudadanos no teníamos opciones de estar enterados de algo que no fuera lo que quisiera la clase política y que era controlada por prensa, radio y televisión que estaban normalmente a las órdenes de los grupos en el poder, la gente veía, leía, escuchaba, y lo que es peor, pensaba y actuaba lo que el gobierno quería, que viera, leyera, escuchara, pensara e hiciera, lo hemos visto en nuestros países una y otra vez, al punto que no es necesario poner ejemplos.

                Luego, llegó Internet…

                El libro “La revolución horizontal”, de dos escritores: el argentino Alberto Arébalos y el mexicano Gonzálo Alonso, presenta la manera en la que Internet, y más específicamente las redes sociales, han venido a revolucionar totalmente la manera en la que los consumidores y ciudadanos de a pie, como tú o como yo, desarrollamos nuestros hábitos de consumo y formamos la opinión pública. Antes, era necesario solamente que se lanzara una campaña de publicidad en los medios masivos de comunicación, para que llegara a todas las audiencias y se pudiera modificar los hábitos de consumo del mercado, y algo muy parecido sucedía con la opinión pública, hoy, la existencia de Blogs, Facebook, Twitter, Youtube, Flickr, Instagram, Periscope, ha dado un empoderamiento sin parangón a la sociedad civil, los pares (peers), ciudadanos comunes, que sólo cuentan con una PC, tablet o teléfono inteligente, pueden ahora, no sólo recibir información de todas partes del mundo, sino también generarla, y poder influir en el pensamiento de gran cantidad de usuarios.

La recomendación “boca a boca” siempre ha existido, pero a diferencia de antes,  ahora, con las redes sociales, son necesarios a penas unos pocos minutos para que una recomendación o queja, se convierta en “trending topic” en las redes, convirtiendo el producto, la idea o una campaña en un “boom” o en un “desastre” mediático para la empresa o grupo político en cuestión.

                Esta situación, ha hecho que las empresas, organizaciones, grupos políticos e incluso el mismo gobierno, tengan que atender de manera específica el manejo de su marketing corporativo y sus relaciones públicas. No es que hayan cambiado las reglas del juego, ¡es que ha cambiado el juego entero!... para bien de todos los “pares” tú y yo incluidos.

           Las redes sociales han sido el elemento democratizador más poderoso de los últimos tiempos; compañías, e incluso gobiernos, han caído con su ayuda como medio para el intercambio de ideas y experiencias y como elemento unificador de la sociedad. La empresa que no considere eso en su estrategia de marketing esta fatalmente condenada a aprender a “golpes” la importancia que tiene el ambiente 2.0 en la sociedad actual.

                Un libro para quienes estamos interesados en las influencias de la tecnología en el ambiente empresarial , político y económico del mundo, creo yo, que en ese caso, es libro para todos los que vivimos en Facebook, Twitter, Youtube o cualquier otra red social, para que caigamos en la cuenta del poder que tenemos ahora en nuestras manos.

                LO BUENO: El despertar que este libro provoca a esta nueva realidad que abre nuevos horizontes a la sociedad actual, siempre será motivo de esperanzas.

                LO MALO: El lenguaje excesivamente técnico que a veces llega a perderte si no eres un profesional del marketing, social media, relaciones públicas, publicidad o diseño gráfico.

                LO FEO: Los gráficos de la versión Kindle, imposibles de leer.

                Como ideas centrales de este libro podemos enumerar:

 
·         “El consumidor 2.0 es una persona bien informada, que se aburre rápido y es bastante inmune a la publicidad obvia, busca información innovadora y experiencias diferentes”.

·         “Hasta hoy, la tecnología más disruptiva que hemos conocido se llama Internet”.

·         “En los viejos tiempos, las conversaciones con nuestros pares permanecían en el ámbito privado; hoy, las opiniones y experiencias son compartidas a nivel mundial”.

·         “Alguien, en algún lugar, a cualquier hora del día está buscando nuestro producto, nuestro servicio o quiere saber qué opina un candidato sobre un tema de actualidad. Las audiencias quieren llegar a nosotros, pero, ¿estamos ahí?”.

·         “Si ´líder de opinión´y ´ama de casa´ eran dos frases que no aparecían generalmente en la misma oración, hay que acostumbrarse (y creemos que por suerte) a que esa es la nueva realidad”.

·         “Si hace milenios los humanos se reunían alrededor de un fuego y comentaban las experiencias del día, relataban cómo se habían salvado del ataque de un tigre o compartían secretos de cómo cazar un mamut, hoy se reúnen alrededor del fuego virtual de una página de Facebook. Las necesidades humanas no cambian: la tecnología las potencia y, en el caso de Internet, les da escala planetaria”.

·         “140 caracteres es definitivamente una limitación, por eso, es importante tener un blog detrás de Twitter, para que podamos ofrecer información más detallada, enlaces u otras páginas web. En conjunto, estas herramientas funcionan maravillosamente”.

·         “Podríamos visualizar a Twitter como el golpecito que le damos a alguien en su hombro para que se dé vuelta y nos preste atención. Sólo que aquí podemos tocar el hombro de miles de personas al mismo tiempo”.

·         “Cualquiera con una cámara y conexión a Internet puede provocar una catástrofe”.

1 comentario:

  1. Consumidor 2.0, quis buena definición para el buena de la era tecnológica.

    ResponderEliminar