domingo, 27 de marzo de 2016

Utopía

        Una ciudad perfecta, con habitantes ejemplares y una vida inigualable nos presenta Tomás Moro en su obra más famosa: Utopía. El mismo nombre nos deja claro que es una obra de ficción: un ideal nacido de una de las mentes más lúcidas de su tiempo y ademas iluminada por la fe católica de pleno siglo XVI.

         Sus entonces novedosísimas ideas de planeación urbana, economía, política y sociología hoy en día parecerían imposibles: ¿seis horas de trabajo diario?, ¿vida social plena?, ¿repartición justa de la riqueza creada por todos?, ¿desdén generalizado por las riquezas? Son cosas que hoy en día son impensables y nos dan idea de lo diferente de nuestra sociedad actual si lo comparamos con la sociedad imaginada por Tomás Moro.

         No obstante estar impregnada de valores cristianos, el autor la presenta no como sociedad cristiana, sino profesando una religión natural, creo yo, por el interés de no exacerbar los ánimos en un pueblo recién separado de Roma, quiso dejar de lado ideas religiosas para concentrarse en el ideal de desarrollo humano que soñaba para su pueblo.

      Me sorprende la tremenda lucidez y naturalidad con la que Tomás Moro presenta verdades que muchas veces se cuestionan hoy en día, presentándolas como la manera normal y lógica de pensar y conducirse: "en el linaje humano no hay ninguno tan superior que todo haya sido para él", "la felicidad no está en cualquier deleite, sino en los justos y honestos". A más de uno sonrojarían estas palabras y a uno mismo lo cuestionan. Tendríamos que aceptar que aunque lo deberíamos creer y vivir, hemos caído en la forma de pensar de una sociedad consumista, totalmente contraria a Utopía, en el afán de ser consecuentes con la sociedad que hemos formado.

         Tomás Moro nos da la posibilidad de acceder a un modelo contra el cual comparar nuestra civilización a manera de un examen de conciencia para encontrar los errores (¿pecados?) sociales que diario cometemos como parte de nuestra vida cotidiana.
 
          Le doy 4 estrellas sobre 5, de pronto se hace cansada la lectura por el estilo, pero no deja de ser un gran libro.

Lo bueno: La crítica social que Moro hace de la civilización de la Inglaterra de Enríque VIII es totalmente vigente hoy en día.

Lo malo: Como ya lo he mencionado, a media obra el relato toma un ritmo lento, que la hace cansada de leer.

Lo feo: Cómo hija de su tiempo, la obra justifica realidades como el esclavitud y la guerra (mediante mercenarios), como inherentes a la naturaleza humana.

Algunas perlas de este libro:

     "Que la carencia de unos se remedie con la abundancia de otros".

     "La naturaleza, como madre próvida, dispuso que las cosas mejores fuesen abundantes y fáciles de conseguir, como el aire, el agua y la tierra".

     "¿Qué sentido puede tener todo esto si una vez terminada la vida no hay ninguna recompensa?".

     "La nobleza no es otra cosa que virtud y riquezas envejecidas".

      "La mujer es más grata al marido por la bondad de sus costumbres que por ninguna aparente belleza corporal".

      "El bienestar o la ruina de las naciones dependen en gran manera de las costumbres de los Magistrados".

     "Nada tienen por tan infame como la gloria adquirida por las guerras".

    "La verdad se abre paso y permanece, saliendo al fin victoriosa".

     "La solicitud por el dinero es causa de continuas fatigas y desvelos para auyentar la pobreza, como si ésta solamente pudiera ser vencida por la riqueza".

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