Se nos ha educado para juzgar la vida en términos de bueno y malo. Al ver una película nos descubrimos a nosotros mismos tratando de identificar al malo, que será muy malo, por cierto; y al bueno, que será seguramente una mezcla de San Francisco de Asís y James Bond.
Estoy ante una novela que rompe con este pensamiento maniqueo, su autor, el argentino Roberto Arlt nos presenta sus personajes llenos de claro-oscuros, su mismo protagonista no es el clásico héroe ético e irreprochable al que podríamos estar acostumbrados.
Se trata de cuatro narraciones contadas en primera persona por el protagonista: Silvio Astir, que recogen, a manera de autobiografía, cuarto etapas de su vida:
1. De adolescente, como lector asiduo de la literatura de bandoleros, al punto que desea fervientemente convertirse en uno de ellos, a la manera en la que Alonso de Quijano, por sus lecturas de literatura caballeresca, decide convertirse en Don Quijote; o igualmente, Madame Bovary, influida por su lectura de novelas de amor, se deja llevar, queriendo ser la protagonista de una de esas novelas. Nuestro Silvio llega, incluso, a formar una banda junto a algunos amigos con los que entra a robar libros a una biblioteca.
2. De joven, forzado por su madre a abandonar el ocio que lo mantiene todo el día leyendo, busca trabajo en una “librería de viejo” y pasa momentos de miseria intensa, rodeado de personajes que maldicen su suerte y su “vida puerca” como originalmente pensaba el autor llamar a esta novela. Este relato nos permite conocer la vida de los arrabales en la Argentina de principios del siglo XX.
3. Incursionando en la escuela de aviación, donde intenta ser aprendiz de mecánico, Silvio muestra su gran habilidad para diseñar e inventar cosas, sin embargo carece de conocimientos básicos de ingeniería y lo dan de baja, debido a que no quieren gente inteligente, sino sólo fuerza de trabajo.
4. La parte fundamental de la obra, que llega a ser el cénit de la novela. Silvio, ya adulto, se dedica a la venta de papel, que le da un sueldo raquítico, pero honrado. Se ve ante la decisión moral de participar en un robo o delatar al autor intelectual que es su amigo. Esta última parte, creo yo, vale por toda la obra, sin demeritar las otras tres. El desenlace rezuma esperanza, sin olvidar que en Arlt nada es ni negro, ni blanco: como en la vida misma, las alegrías están salpicadas de tristezas y los momentos de gloria, de pequeñas derrotas.
El tema fundamental es una crítica social a la marginación, no solo económica, sino también cultural: Silvio debe alquilar sus libros, pues no puede pagarlos, cuando sus amigos y él deciden robar, roban precisamente una biblioteca escolar, el primer trabajo de Silvio es una librería donde los dueños y él mismo se mueren de hambre por falta de clientes, Silvio debe llamar la atención en la calle con un silbato para invitar a los transeúntes a entrar a la librería. La educación, la escuela, los libros, el conocimiento están vedados para Silvio, a pesar de su gran talento e inteligencia. No obstante, ante esta circunstancia que pareciera ser tenebrosa para el futuro, Arlt nos regala momentos de gran lirismo y fe en la vida y en el hombre, después de todo, vale la pena vivir, porque la vida es muy linda.
Alguna perlas de este pequeño libro de apenas 122 páginas:
“Algunas veces en la noche, hay rostros de doncellas que hieren con espada de dulzura. Nos alejamos, y el alma nos queda entenebrecida y sola, como después de una fiesta”.
“Despacio consideraba sus encantos, avergonzados de ser tan adorables, su boca, hecha tan sólo para los grandes besos”.
“Estudie, usted cree que porque piensa lo ha hecho todo, y pensar no es nada más que un principio”.
“Del cielo celeste descendía una alegría que se filtraba en tristeza dentro de mi alma culpable”.
“Hay una verdad, sí… y es que yo sé que siempre la vida va a ser extraordinariamente linda para mí. No sé si la gente sentirá la fuerza de la vida como la siento yo, pero en mí hay una alegría, una especie de inconsciencia llena de alegría”.
“Y saber que la vida es linda me alegra, parece que todo se llena de flores… dan ganas de arrodillarse y darle las gracias a Dios, por habernos hecho nacer”.
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