miércoles, 30 de julio de 2014

5 de Pinesque

Hace tiempo que no subía una reseña de vinos y ya va siendo hora de una.

Esta vez probé un vino sorprendentemente chihuahuense. Digo "sorprendentemente", porque nuestro estado no se ha caracterizado por su industria vitivinícola, a pesar de contar con un clima propicio para el cultivo de la vid y de tener una ventaja sobre la región más importante de nuestro país (Baja California Norte): el suelo de nuestro estado no tiene tanta salinidad, por estar lejos del mar, de tal manera que los vinos no presentan la sal que es parte del terroir de Baja, al contrario, son dulces.

Que yo sepa, sólo hay tres casas vitivinícolas en el estado:

El hotel "La misión", que se encuentra en la sierra de Chihuahua, en el recorrido del tren Chihuahua-PacÍfico (CHEPE) aunque su producción es tan pequeña que sólo es para el consumo de los huéspedes del hotel.

Las bodegas de Eloy Vallina, según tengo entendido, el mayor productor del estado, cuyos vinos ya luego veremos en este blog.

Y finalmente, las bodegas Pinesque, a las cuales pertenece el vino que acabo de catar.

Vino: Pinesque 5
Varietal: Cabernet Sauvignon y Sirah
Añada: 2011
Región: Chihuahua (¡Qué padre de oye!)
Casa vitivinícola: Pinesque

A la vista: color granate muy oscuro y bonito, lágrima moderada, ribete naranja, que acusa sus 12 meses de barrica.

En nariz: Una gran sorpresa, grandes olores a frutos negros, muy especiado: clavo, algo de canela. Huele riquísimo y es potente.

En boca: A pesar de su nariz, no es un vino potente, se detectan los frutos negros, y sobre todo pimienta al final, final largo y tánico, pero no es fuerte, vamos, lo maridé con pechuga y bisteck rellenos y se volvió tímido.

No digo que sea malo, para nada lo es, tal vez no fue un buen maridaje, creo que es un buen vino para disfrutar solo o bien con una charola de carnes frías o quesos, pero no con un platillo principal, no lo sé, tendría que darle otra oportunidad, pero no es un vino malo.

Es aterciopelado y con cuerpo de medio a ligero, tal vez su excelente nariz crea una expectativa muy alta, pero al no ser muy potente, es bueno para quien quiere brincar de los vinos suaves como el Pinot noir, el Merlot o el Carmenere a vinos más fuertes, como el Cabernet, el Sirah, Petit Sirah o Nebbiolo.

Por cierto, las pechugas y el bisteck rellenos estuvieron de lujo: champiñones, tocino, chorizo español, cebolla y pimientos; sabores muy intensos, dignos de un Cabernet de Casa Grande o un Vino de Piedra.

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