Resulta obligada la lectura del "El llano en llamas" una vez que has leído Pedro Páramo.
Debo decir que en lo personal admiro la narrativa del maestro Rulfo, inigualable para retratar los ambientes de nuestro campo mexicano.
En "nos han dado la tierra", encontramos el desencanto que sentía la sociedad mexicana a mediados del siglo XX respecto a la Revolución. Los anhelos de justicia, tierra y libertad se evaporaban como la única gota de la lluvia que cae en el suelo estéril del llano que les reparten como tierra de cultivo a un grupo de campesinos "... la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se entierre en esa como cantera que es la tierra del llano..." y sin embargo "esta es la tierra que nos han dado".
"Es que somos muy pobres". Este relato me tocó reseñarlo en primero de preparatoria. Recuerdo que hice un trabajo vergonzoso y es que a los 15 años me hacía falta mucha vida para entender el fondo de esta historia, supe que me chocó, como ahora me choca e indigna una situación como la que se narra; la fatalidad con la que una familia se ve orillada a la miseria y a la vergüenza y acaso el reflejo de sociedad mexicana condenada a permanecer envilecida y mísera frente a sus deseos de prosperidad fallidos.
"Talpa" un retrato de la religiosidad popular del pueblo mexicano y la Iglesia preconciliar. Ante los ojos de cualquier persona, incluyendo un fervoroso católico de hoy en día, una historia como Talpa resuma una religiosidad inhumana, una fe ciega (ahora sí) ignorante, pero sincera y honesta, aunque no por ello justificable; es, con todo, un retrato de tiempos que espero estén superados ya, aunque quizá (y tal vez sin quizá) sigan repitiéndose en algunos lugares de nuestro México y de nuestra Iglesia.
"Macario": No, no me gustó, muy crudo, muy bajo y sin embargo, posible... no me gustó nadita.
"Luvina". Germán Dehesa la ha considerado como un preludio de Pedro Páramo y tiene razón, el ambiente, los murmullos de Luvina la convierten en una "Comala" en germen. Pero no sólo "Luvina"; "Diles que no me maten", "El llano en llamas", "La noche que lo dejaron solo", "La herencia de Matilde Arcángel", llevan trazos de lo que se verá con todo su esplendor en "Pedro Páramo", ¿será el "sello" del autor o el sello de la tierra y el pueblo que describe?, tal vez las dos cosas.
"Paso del Norte". Para quien vive en Cd. Juárez (antigua Paso del Norte), como quien escribe estas líneas, parecería que en vez de un libro de cuentos de mediados del siglo pasado, se está leyendo una crónica de la semana pasada: la necesidad que orilla a abandonar la tierra para ir a buscar suerte al otro lado, los peligros y la muerte que muchos encuentran en el intento, las pérdidas que todo esto conlleva. Triste, desgarrador y actual.
"El día del derrumbe". Una crítica a la clase política del país, a sus discursos acartonados, a su indolencia y al servilismo del pueblo mexicano que sólo susurramos entre dientes nuestra inconformidad, prefiriendo vivir nuestra vida diaria como hasta ahora, sin activismo, sin comprimisos.
"Anacleto Morones". ¡Qué triste caricatura de la fe!, ¡Qué lamentable remedo de la Iglesia!, sólo puedo decir que sería una escandalosa vergüenza que algo así haya sucedido en cualquier tiempo y lugar, confío en Dios que nunca haya sucedido, aunque conociendo la naturaleza humana, tampoco me sorprendería, pero el sólo hecho de considerarlo es inconcebible para mí.
Una recopilación de 17 cuentos que nos harán conocer y comprender mejor al México rural del siglo XX y estoy seguro que a grandes extensiones del país de hoy en día.
Algunas perlas de este libro:
"Tengo paciencia y tú no la tienes, así que esa es mi ventaja".
"San Gabriel sale de la niebla, húmedo de rocío. Las nubes de la noche durmieron sobre el pueblo buscando el calor de la gente".
"Y arriba de esta tierra estaba el cielo vacío, sin nubes, sólo el polvo; pero el polvo da ninguna sombra".
"Algún día llegará la noche".
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