¡Aún me encuentro aturdido!, no tenía pensado escribir en este momento... creí que lo mejor sería dejar que las aguas se calmaran y tal vez, incluso, realizar la lectura alternativa recomendada por el autor, pero no... puesto que este libro es varios libros en sí mismo, y he leído hasta el capítulo 56, que representa la novela completa en su forma tradicional, siento la necesidad de escribir mis impresiones respecto a este monumento de Cortázar.
¡Wow!, ¿Qué acabo de leer? No lo tengo claro, ¿una novela?, ¿una antinovela, como la han calificado muchos?, ¿una contranovela, como prefería calificarla el autor? Aún no lo sé, y a tal efecto, debo decir que Julio Cortázar es un maestro de la narrativa, en el sentido propio de la palabra maestro, pues un maestro es el que deja a los alumnos con más preguntas que respuestas, para dejar en ellos mismos la necesidad de búsqueda. Bajo ese argumento "Rayuela" es una joya que tiene tantas lecturas como lectores.
Nos encontramos ante una obra que no tiene "asunto" en sí misma y no encontraremos una trama, al menos no en el sentido tradicional al que estamos acostumbrados, es una obra en la que como una "rayuela", un juego infantil de Sudamérica, muy, muy, muy parecido al "mamaleche" de México, las historias van saltando de casilla en casilla y en cada una de ellas, el autor nos presenta un mosaico de la vida y una sorpresa escondida, que hace al lector cómplice y artífice de la historia.
A pesar de ser una novela, podemos encontrar momentos de extraordinario lirismo, como el capítulo 7, que es un hermoso poema de amor; luego, un capítulo hilarante como el 41, ¡por Dios!, jamás una novela me había hecho reír, este capítulo es uno de los más cómicos de la literatura no sólo hispanoamericana, sino universal; un capítulo 28 desgarrador y sombrío, Horacio se había convertido en Raskólnicov y Cortázar en Dostoyevsky; pero la joya de la corona es el capítulo 36: Una explosión de genialidad, en un primer momento todo es confusión, luego te das cuenta de la sorpresa que había escondido Cortázar en este capítulo y de su intención al escribirlo, entonces todo toma sentido, gracia, asombro y, finalmente, admiración.
Sólo diré que la obra narra las tertulias y conversaciones de un argentino, Horacio Oliveira en París, junto a La Maga, su turbulento y eterno amor, y el "Club de la serpiente", un grupo de amigos, amantes del vino tinto, el jazz y la lectura. En un segundo momento el regreso a la Argentina de Oliveira y sus andanzas con su amigo de infancia: Traveler y su esposa Talita entre mates y tangos.
No entiendo como esta enorme obra no le mereció a Cortázar el Nobel de Literatura. Sin embargo es un clásico y una de las mejores novelas que el hombre de hoy puede disfrutar... y sólo la he leído en su orden tradicional, me falta la lectura alterna, una vez que la termine, escribiré mi reseña... espérenla... o mejor vayan a cualquier librería y compren este libro y disfrútenlo, podrán no entenderlo, odiarlo o adorarlo, pero nunca los dejará indiferentes.
Hola
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